No es posible entender el Barroco sin hablar del enaltecimiento de las ciudades, a través de sus palacios, plazas y fuentes, entre otras construcciones, y es por ello, por lo que hoy haremos una parada en la Plaza Navona y concretamente en la Fuente de los Cuatro Ríos realizada por el gran artista y polifacético Gian Lorenzo Bernini .
El Barroco coincidió históricamente con una época de auge y apogeo de una Iglesia que acababa de salir del Concilio de Trento y necesitaba engrandecerse realizando y financiando obras de arte para hacerla brillar, coincidiendo también, con una etapa para los Reyes conocida como época de los grandes validos, donde los reyes debían resplandecer y cautivar a la población, deslumbrando con la construcción de grandes palacios y un vivo urbanismo de fuentes, plazas y grandes ensanches que hicieran disfrutar al pueblo y a la vez que mostraran el poder ante el nuevo siglo que llegaba.
La Fuente de los Cuatro Ríos, se sitúa en la plaza Navona en Roma y fue realizada durante el siglo XVII por el escultor y arquitecto Bernini, en plena época del Barroco.

La fuente se construye sobre el antiguo estadio de Domiciano y fue financiada por el Papa Inocencio X. Es una fuente de mármol de travertino, que está rodeada de cuatro esculturas que personifican a los cuatro ríos de los continentes conocidos en ese momento, tales como el Danubio, el Nilo, el Ganges y el rio de la Plata. Cada uno de los ríos va acompañado de distinta vegetación relacionada con el lugar de donde provienen y de un animal (león, caballo, cocodrilo, serpientes o incluso un dragón) lleno de simbolismo como son la fuerza, la fertilidad o la riqueza entre otros caracteres. En el centro de la fuente encontramos un obelisco egipcio que se trajo a Roma en tiempos del Emperador Domiciano y que se corona con una paloma que lleva una rama de olivo en el pico.

Cuando Bernini recibe el encargo de la realización de la fuente, decidió contrarrestar el peso del obelisco añadiendo estas cuatro majestuosas esculturas y en la oquedad que dejaban cada una de ellas, decidió situar los animales y la vegetación alusiva a los ríos conocidos en ese momento (De la Plata, Danubio, Ganges y Nilo).
La fuente de mármol de travertino, muestra un perfecto eje longitudinal que nos enseña la plaza y hace un alarde de gran maestría al ser la primera vez que un grupo escultórico sale a la calle para acompañar y soportar todo el peso de un obelisco egipcio.

Para hacer una lectura más detallada de la obra, podríamos comenzar con la escultura que se inspiran en la personificación de los distinto ríos, como son:
La personificación del río de la Plata aparece junto a una especie de río de monedas, mostrando las riquezas del continente americano.

La personificación del río Danubio aparece levantando sus brazos con admiración señalando el escudo y la tiara del Papa Inocencio X, personificando así a Europa.

Sabías qué…
El Papa Inocencio X sucedió al Papa Urbano VIII en 1644, después de un cónclave de difícil resolución. Persiguió a los Barberini por supuesta ilegalidad económica, aunque después los perdonó y los reubicó en sus cargos. Consiguió establecer la paz entre Francia y el Papado. Declaró la Bula “Zelo domus Dei”, considerando nulo todo lo que se firmó en la Paz de Westfalia y que desfavorecía a la iglesia católica.
Para reforzar aún más su poder, decidió participar en distintos proyectos urbanísticos haciendo que su nombre apareciera como mecenas del patronazgo d distintas obras como la Fuente de los cuatro ríos, como así nos lo muestra su escudo con la tiara papal , las llaves de San Pedro, las flores de lis de oro (símbolo dela familia de los Doria Pamphili), y la paloma con la rama de olivo en el pico, distintivo de su emblema.
La personificación del río Nilo aparece con la cara tapada aludiendo al poco conocimiento que se tenía aún de este río africano.

La personificación del río Ganges se muestra con un gran remo como símbolo de un gran río navegable en Asia.

Junto a las distintas personificaciones de los ríos, se hace no menos importante la aparición en medio de esa gruta hueca de piedras que parece estar suspendida en el aire, la aparición de vegetación y de distintos animales que potencian su simbología y que a veces hacen la función de canal o desagüe y que aumentan así una de los grandes caracteres del Barroco como es la teatralidad o la ilusionada escenografía.
Bernini situó cada animal coincidiendo con los distintos puntos cardinales, contribuyendo así a la visualización total (360º) de la fuente y obligándonos a observar toda la fuente íntegra buscando la teatralidad y la escena. Entre los animales y las plantas destacaremos:
El río Nilo con la fértil palmera y con un león, imponente, oriental y como feroz guardián de la fuente.
El río de la Plata con el cactus y el cocodrilo representando la rica economía de las colonias y rodeado de monedas símbolo de la abundancia.

El río Danubio representado con un caballo y rodeado de flores y una frondosa vegetación representando la fertilidad de la llanura europea.

El río Ganges aparece representado con un dragón y un remo simbolizando la navegabilidad del continente asiático.
Junto a estos animales, destacan otros que sirven de desagüe o canalización, como pueden ser el delfín (poco conocido en ese momento) y una feroz serpiente que gira y corretea por la fuente.


CURIOSIDAD
La Fuente de los Cuatro Ríos se sitúa frente a la Iglesia de Santa Inés construida sobre el santo lugar donde santa Inés fue martirizada en el siglo IV.
La Iglesia de Santa Inés fue construida en el siglo XVII por Borromini tras mandato de Inocencio X para instalar la capilla funeraria de la familia Pamphili, de hecho, el mismo Papa Inocencio X se encuentra enterrado allí.
Es una iglesia barroca con un bello juego de entrante y salientes, una gran cúpula central, que aparece flanqueada por dos torres campanarios geminadas. Su interior está decorado con una maestra habilidad por Bernini.
Cuenta la “leyenda artística” que Bernini y Borromini, pasaron de ser maestro y discípulo a ser rivales y es por esa “supuesta” rivalidad, por la que cuentan, que Bernini realizó la Fuente de los cuatro ríos, frente a la fachada principal, ridiculizando así la Iglesia de Santa Inés de Borromini, e insinuando su derrumbe y es por ello por lo que decide esculpir al río Nilo tapando su cara, para no ver la construcción, y al río de La Plata levantando su brazo para protegerse de un supuesto derrumbe.


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