En primer lugar aclarar que nuestros antepasados prehistóricos pintaban en los interiores de sus cuevas convirtiéndolas en santuarios y haciendo de sus pinturas interpretaciones mágico-religiosas, donde quizás pudo existir un rito mágico a la hora de su ejecución acompañado de una danza o de un sacrificio.
¿Qué técnica utilizaron nuestros antepasados?
Los pintores prehistóricos para plasmar sus pinturas en las paredes de las cuevas utilizaban los dedos, espátulas y pinceles realizados con cerdas o plumas de animales, o bien el tamponado y la aerografía. Como curiosidad deciros que usaban como aglutinantes para adherirlo a la pared grasa de animal, aceite vegetal e incluso clara de huevo. Permitiendo así llegar las pinturas hasta nosotros con esos colores tan llenos de vida, que hacen bailar a los bisontes por ejemplo en Altamira.

¿De dónde sacaban los colores?
Los colores lo sacaban de la propia naturaleza, así obtenían el rojo del oxido de hierro o de la sangre del animal, el negro del óxido de manganeso o del carbón, marrones, amarillos terrosos o anaranjados de la propia tierra y el banco obtenido de la calcita.
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